A la hora de cocinar al aire libre, los métodos más populares son la plancha y la parrilla tradicional con rejilla. Cada uno tiene sus ventajas y se adapta mejor a distintos tipos de platos.
La plancha es una superficie de cocción lisa, generalmente de hierro fundido o acero inoxidable. Los alimentos se cocinan a alta temperatura directamente sobre ella, lo que crea una costra crujiente y mantiene el interior jugoso. Es ideal para preparar filetes, pechugas de pollo, pescados, mariscos, verduras y patatas. Si buscas un sellado intenso y resultados jugosos, la plancha es una gran opción.
La parrilla tradicional cocina los alimentos sobre una rejilla, ya sea con carbón o gas. Aporta las clásicas marcas de cocción y un aroma ahumado característico. Es perfecta para salchichas, hamburguesas, filetes, mazorcas de maíz y muchas verduras. Si prefieres el sabor clásico de la barbacoa, la parrilla es la mejor elección.
Muchos modelos modernos permiten añadir una plancha a la parrilla, lo que te da la flexibilidad de combinar ambos métodos según tus preferencias.
Sea cual sea tu elección, hay dos aspectos clave: la limpieza y el control de la temperatura. Una superficie limpia evita que los alimentos se peguen y potencia su sabor. Mantener la temperatura adecuada es fundamental: si está demasiado alta, la comida se quema; si está demasiado baja, queda poco hecha.
tanto la plancha como la parrilla ofrecen excelentes posibilidades para preparar comidas deliciosas. La mejor opción depende de tus preferencias y del tipo de platos que quieras preparar. Con algo de práctica, ambas técnicas te permitirán conseguir resultados que encantarán a tus invitados.
